Por su morfología es predominantemente aglutinante. De carácter aglutinante, significa que las palabras se forman por monemas o partes que no sufren variaciones al integrar una palabra. Son idiomas aglutinantes, entre otros, los denominados turco, quechua, náhuatl, coreano, suahili, japonés, vasco y sumerio.
El alfabeto del esperanto consta de 28 letras, está basado en el alfabeto latino y algunos símbolos más. Hay cinco vocales que se escriben y pronuncian igual que en español, y las dos semivocales j y ŭ para hacer diptongos. No hay letras dobles -ll,rr- ni existen las letras ñ, q, w, x, y la y. En cada sílaba hay una vocal. Mira este video sobre el abecedario y algo más en esperanto:
En el esperanto cada letra representa un fonema y cada fonema es representado por una letra, esto es sin excepciones. Por lo tanto su ortografía es sencilla.
La estructura celular del esperanto son las raíces, a las que se les añaden prefijos y sufijos determinados para formar las palabras. La mayoría de las raíces del esperanto fueron originadas en el idioma latín, del que las ha recibido directamente o a través de las lenguas romances o latinas en las que también se encuentran en elevadas proporciones como en el francés, en el italiano, en el rumano o en el portugués. También estas raíces están en otras lenguas indoeuropeas, aproximadamente la mitad de ellas en la familia eslava a la que pertenecen el ruso, el polaco o el ucraniano; mientras que en el caso de las lenguas germánicas que entre otras incluyen al alemán y al holandés, su cantidad de raíces que también tiene el esperanto se aproxima a las tres cuartas partes del total existentes. Además hay raíces de origen griego y también hay inclusiones hebreas y japonesas.
La característica fonémica del esperanto es eslava -como el ruso y el polaco-, pero al pronunciarlo te recomiendo no le des un acento exagerado en tu lengua nacional, sino un acento natural.
En el esperanto, sin excepción, todas las palabras son graves o llanas. La penúltima sílaba es la tónica o que tiene más fuerza.
Las palabras se forman a partir de la unión de raíces con prefijos y sufijos que tienen significados invariables y determinados. Los sufijos y prefijos están en una no muy larga lista. Si te aprendes, digamos veinte raíces, y la mayoría de los sufijos, podrás entender y formar cientos de palabras sin dificultad alguna.
En el esperanto se tiene facilidad de formar nuevas palabras. Un esperantoparlante puede usar -y son comprendidas por sus intelocutores- palabras nunca antes usadas. No podría existir un diccionario o glosario que contuviera todas las posibles palabras a formarse, pero tampoco sería necesario: un pequeño diccionario de las raíces y una tabla de prefijos y sufijos es suficiente para entender el significado de una amplia relación de palabras.
En el esperanto todos los verbos son regulares. Para conjugar cualquier verbo en cualesquier modo o tiempo se requiere la raíz y emplear una de las solo seis terminaciones o sufijos existentes para ello. Considera como ejemplo los siguientes verbos en español: seré, soy, fui, fuiste, son, somos, sé, eres, era, serás, serías, etc., es extraño saber que todas se derivan de ser. Si analizamos algunos verbos más con infinitivo en “er” como tener, comer y poner, dices “yo comí” pero no dices “o tení”, sino “yo tuve”. Si es “yo tuve” no es “yo puve”, sino yo “puse”. Así tendríamos una extensa lista de miles de terminaciones verbales en español. Tardas más en aprender todas las terminaciones existentes de un verbo en español, que en aprender todas las terminaciones de todos los verbos en esperanto. En el esperanto solo existen seis terminaciones. Y ya.
En el esperanto cada palabra tiene un significado, y si me lo permites así decirlo, cada significado tiene una palabra. Observa palabras como mano, pelo, paso, banco, muñeca, sirena, y muchas más, cada una tiene más de un significado. Para entenderlo, debes ver el contexto en que se emplea esa palabra. En el esperanto no es necesario.
El esperanto no tiene irregularidades o excepciones. De ningún tipo. En la mayoría de los idiomas más extendidos o hablados, el número total de excepciones no se mide en cientos, sino en miles. En numerosos casos no se puede hablar de terminaciones, porque cambia toda la palabra –como en tu idioma el caso de fuiste, derivado de ser, o de ir, como tú prefieras-.
Quien habla esperanto puede, en cierto momento, entender perfectamente un texto o un discurso en esperanto, pero en ocasiones no le sería fácil traducirlo a su idioma nativo. La razón es que el esperanto tiene una estructura natural, lógica y simple de la que carecen otros idiomas. Quien habla esperanto adquiere en algún grado esa estructura en su forma de pensar. Además palabras en esperanto pueden no tener equivalente en lenguas nacionales, ni siquiera en las más ricas.
martes, 4 de mayo de 2010
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